El entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT por sus siglas en inglés) se trata de un entrenamiento que combina ejercicios que requieren mucha energía en breve periodo de tiempo con otros de baja intensidad. Los ejercicios anaeróbicos, es decir, aquellos de gran intensidad alternados con los de menor intensidad provocan que el cuerpo reorganice el metabolismo usando los ácidos grasos como fuente de energía, un hecho que no se consigue fácilmente con entrenamientos convencionales.

La idea de alcanzar el máximo de la capacidad durante un periodo de tiempo corto, descansar después y volver al inicio. Aún siendo un práctica casi mágica, trabajar intervalos intensos todos los días no es lo deseado. El reposo del cuerpo es, incluso, más importante para no caer en el sobreentrenamiento y conseguir que músculos y articulaciones se recuperen. Así, lo aconsejable es realizar HIIT unas tres veces a la semana.

Los beneficios del HIIT son múltiples y variados. Se trata de una práctica más eficiente que otros ejercicios: en 15 minutos de HIIT se pueden obtener mayores progresos que corriendo durante una hora. La capacidad de quemar grasa sin perder masa muscular, la salud cardiovascular y el volumen máximo de oxígeno se ven favorecidos gracias a este tipo de entrenamientos. El HIIT, además, es una estimulación mental si se plantea como un reto porque las aptitudes físicas evolucionan según el entrenamiento avanza. 

El entrenamiento de intervalos de alta intensidad trae consigo una serie de contraindicaciones ya que en saludes delicadas o con personas con el sistema cardiovascular débil deben evitar este entrenamiento si no es con ayuda profesional, será su entrenador quien considere el nivel de intensidad de los ejercicios. Tampoco es aconsejable para personas con dietas hipocalóricas, problemas articulares o musculares.  

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